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7/2/08

Esbozo del teatro gay mexicano


Esbozo del teatro gay mexicano
Siendo el teatro uno de los géneros literarios más libres para el desarrollo de tramas, ha sido utilizado para retratar la vida de los homosexuales y de esta forma luchar en contra de la discriminación y la homofobia




Sin duda una de las trincheras más efectivas en donde se ha gestado la lucha por la defensa de los derechos de la comunidad homosexual en México corresponde al terreno de las artes. En este sentido basta recordar la semana cultural de El Chopo ó las diferentes galerías y exposiciones de arte gay que frecuentemente conviven con obras teatrales, tal es el caso del Centro Cultural de la Diversidad Sexual.

Podemos decir que es precisamente el teatro una de las formas más ricas en las que la libertad de la trama, ha permitido que la sociedad en general haya tenido un acercamiento a las formas de vida, problemáticas y quehaceres cotidianos de las diferentes formas de "vivir" la homosexualidad. De esta manera se han representado desde el “chichifo” hasta el masoquista, desde el travesti hasta el estudiante. En la mayoría de los casos éstas obras están inmersas en un carácter lúdico de la diversidad pero también son una invitación a "salir del closet", pues los personajes demuestran vivir una serie de dificultades que al final nada puede ser peor.

Haciendo un poco de historia acerca de la homosexualidad y su relación directa con el teatro debemos recordar el caso de los creadores, pintores y poetas del siglo XVII al XX para quienes la homosexualidad fue una manera privilegiada de representación donde "se celebra el amor de los cuerpos" (Abelleyra; 1995). Esta noción se continúa abanderando el día de hoy, sobre todo en el mundo de las letras y las artes.

Sin embargo, ni aún los grandes poetas o escritores se han salvado del fantasma de la homofobia, el cual lo podemos encontrar en ocasiones discretamente, en otras, siendo el hilo conductor de sus obras. Es el caso de Oscar Wilde, quien fue condenado a trabajar de manera forzada por dos años a causa de sus homosexualidad, o en un caso más cercano a nosotros; Salvado Novo, quien se ganó el apodo de "Nalgador Sobo" y que fue objeto de escarnios por parte de José Clemente Orozco, Diego Rivera ó Tristan Marof, quien se refería al grupo de "Los Contemporáneos" al que Novo pertenecía como los "señores literatos jotos".

Mas aún, nadie puede negar que "La importancia de llamarse Ernesto" de O. Wilde representa una de las piezas más significativas de la literatura gay y de la literatura en general. La dramaturgia es un instrumento que desde los griegos se ha usado para representar realidades, para dar a conocer, sacar a la luz y sobre todo reconstruir las visiones del mundo y representarlas en un escenario, en ocasiones se obedece al principio de que nadie reconoce su propia realidad hasta que la ve sobre un escenario.

Además es el espacio de detrás del telón el que le da validez y legitimidad a las historias, esto gracias a que esta bajo la categoría de "arte" por lo tanto es aceptado sin mayor recelo, solo basta pensar si el caso de un travesti (que por cierto tiene su orígen en el teatro Isabelino, en donde la falta de actrices obligaba a hombres a representar papeles femeninos), con la misma historia, los mismos problemas, etc. se ve de la misma manera en televisión que en teatro. Por supuesto que no, y es que, uno es arte y el otro es entretenimiento, y he aquí donde entra otro punto vertebral en el teatro gay; la estereotipia. En la mayoría de los casos, el autor está tan inmerso en el mundo de lo "aparente" que cuando construye un personaje para teatro, aún cuando conozca su verdadero origen, características y cualidades, forzosamente recurrirá a un estereotipo para hacerlo reconocible para el público.

Se supone entonces que la representación teatral refleja la posición del autor en cuanto a sus condiciones particulares de existencia y a su posición en el campo teatral, Bentley complementa esta idea diciendo que "Una pieza de teatro es una obra escrita por alguien que no desea sino hablar a un auditorio que sólo desea escuchar hablar" (Bentley, 1964;81). Estamos pues en el terreno de las subjetivaciones, de formas muy particulares de ver el mundo, pero que sin embargo son reconocibles para cierto público, en este caso el homosexual pero también la comunidad heterosexual que logra identificar en el personaje características que posee el vecino, la prima, el modisto, el estilista, etc.

Pero no podemos continuar sin recordar algunas figuras importantes en el desarrollo del teatro gay en México; Salvador Novo, Oscar Liera, Nancy Cárdenas, Jesús González Dávila y José Ramón Enríquez; son creadores del teatro contemporáneo que hacen de la homosexualidad un tema recurrente en sus obras.

Regresando un poco más en el tiempo llegamos a las primeras obras de teatro editadas en México, las cuales pertenecieron a Juan Ruíz de Alarcón y a Sor Juana Inés de la Cruz, para entonces, la casi inexistente dramaturgia mexicana permitía el paso de compañías europeas de ópera, zarzuela y de comedias. En 1853 se funda el Conservatorio Dramático; la primera escuela de teatro en nuestro país. No podemos dejar de mencionar tampoco a el Siglo de Oro donde el teatro nacional se constituyó por la carpa, el sainete, la zarzuela y por cómicos que evidenciaban la situación político-social que se estaba viviendoen nuestro país (Enríquez, 1995).

Una de las primeras obras que tocaron el tema homosexual en la época postrevolucionaria fue "Los signos del zodiaco" de Sergio Magaña donde se representa una vecindad que refleja la vida postrevolucionaria, dentro de los personajes existe un homosexual con aspiraciones al arte, sin embargo, no logra despegarse (como la mayoría de las obras de este tiempo) del estereotipo del homosexual afeminado y misógino del teatro vodevil.

Luego encontramos "Cada quien su vida" de Luis G. Basurto, en donde se usaban palabras altisonantes, se hablaba del aborto, de la explotación y se da una tímida crítica política, aquí el homosexual aparece aparejado al personaje de la prostituta equiparándolos como entidades que están "fuera del orden". En respuesta, José Antonio Alcaráz trató de demostrar la parte jocosa, emocional y gozosa del homosexual con la obra "Yo la Celestina puta vieja", a partir de este montaje, algunos personajes de la embajada estadounidense le pidieron que hiciera el mismo trabajo con un escritor norteamericano, Alcaráz escogió a Walt Withman, un poeta abiertamente homosexual, al final de la representación todos los actores se daban un beso; sólo hubo una función.

Raymundo Carballido se ocupa de la otra parte; la lésbica y en "Una ciudad grande" plantea una relación entre Sabina y Fidela, escribe también "Acto Social" en donde se presenta la convivencia en un departamento de dos jóvenes heterosexuales y un homosexual. Sergio Magaña escribe "Como las estrellas y todas las cosas" donde vemos la relación de un homosexual que se enamora de un lisiado heterosexual que termina suicidándose.

Es ya en el siglo XX cuando se funda la revista Ulises; un trabajo del grupo formado por Novo, Villaurrutia, Owen y Gorostiza entre otros junto con Antonieta Rivas Mercado. La primera temporada (1928) incluyó obras principalmente extranjeras. Después, con la aparición del cine, una gran parte del público del teatro se pasó al "nuevo medio" lo cual contribuyó a que el espectador de teatro fuera un grupo más selecto de personas y obviamente obligó a las puestas en escena a sofisticarse más. Sin embargo, los autores mexicanos como Novo encontraban mejor acogida en el extranjero, como el caso de "El tercer Fausto" (1934) que se conoce primero en Francia y luego es sacado a la luz en México.

En 1936 surge el teatro universitario en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM lo cual va a marcar un impulso muy significativo al teatro nacional, y por lo tanto a las expresiones de corte homosexual, la Universidad juega un papel muy importante en este sentido, pues por ejemplo en la crisis de los 80 la UAM empieza a apoyar al INBA y a la UNAM e impulsa el "movimiento de la nueva dramaturgia" de donde sobresalen Oscar Liera, José Ramón Enríquez, Víctor Hugo Rascón Banda y José Antonio Alcaráz

Oscar Liera, en 1979 escribe "Camaleones" (monólogo lésbico) que en cierto momento fue representativa de la fracción lésbica de la comunidad y posteriormente Luis Zapata con "El vampiro de la colonia Roma" toca el tema de las manifestaciones homofóbicas a partir de la autobiografía de un chichifo mexicano, además amplia el espectro y toca las consecuencias de la vida del personaje para con la madre y el padre.

En 1972 se adapta "The boys in the band" de Mart Crowley dirigida por Nancy Cárdenas quien encabeza la corriente del Teatro Independiente y a quien se le debe una gran parte del desarrollo del teatro gay en México así como también la primera obra que toca el tema del VIH con "SIDA, así es la vida"(1988); una adaptación de la obra "Asi Is" de William M. Hoffman. En 1981, Hugo Argüelles publica "El ritual de la salamandra" y "Los gallos salvajes" (1986) donde es relacionada la homosexualidad con el incesto, con relaciones tormentosas y con violencia. Argüelles al igual que Novo fue objeto de discriminación y homofobia por lo que él decía "soy un autor maldito en un país de autocompasivos".

Para 1982 Jesús González Dávila escribe "Pastel de zarzamora" donde Rene, el personaje principal , confiesa su homosexualidad lo cual evidencia el conformismo, la frustración, la corrupción política y la represión homosexual, después escribe "Amsterdam Boulevard" que presenta a una pareja homosexual con conflictos, violencia, masoquismo, abuso e hipocresía. Tito Vasconcelos escribe en el 84 "Maricosas" y luego "A otra cosa...maricosas" esta última fue montada en el Foro Shakespeare logrando las 200 representaciones.

En la actualidad múltiples foros y teatros han acogido las obras de carácter gay u homosexual y poco a poco surgen nuevos autores; Tito Vasconcelos menciona acerca de la existencia de este “genero” que “El teatro gay es el realizado por gays y habla sobre la problemática gay” (Marquet, 2001).

En esta recopilación de obras han faltado por mencionar muchas obras no de menor importancia, como el caso de "Un día nublado en la casa del sol", "Naturaleza muerta y Marlon Brando", "Vamos a hablar de amor entre nosotros" y "El vals de los buitres", es innegable pues que el teatro gay tiene historia, que no es una nueva forma de expresión y que hay un trabajo consolidado en este campo. En las carteleras de hoy en día ya no es raro ver a un personaje gay secundario o ambiental, lo cual refleja la importancia que ha adquirido esta parte de la sociedad hoy en día, es por esto que es importante que los productores actuales que usan los foros como es Shakespeare o el Luces de Bohemia rescaten las obras que definieron a la comunidad en un tiempo en donde no existía la apertura con la que hoy se cuenta.

De entre las obras contemporáneas la diversidad es un factor presente con obras de corte lésbico como "Bellas y atroces", otras como "Delirio" o "Entre las sábanas" de corte gay que cuentan con gran aprobación y aceptación, pero la producción de esta literatura no cesa y escritores como Tomás Urtusástegui con "apenas son las 4" conviven con "Mi pareja no es pareja" y con "El ornitorrinco" o "Aventurero"; la parodia. Todas estas obras no han salido de la temática que Owen o Dávila utilizaron, la razón es muy simple, las condiciones sociales han cambiado, pero las problemáticas son las mismas, la infidelidad, la infelicidad, el sexo, el travesti y el chichifo siguen y seguirán apareciendo en los escenarios gays de nuestro país.

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